La aventura en el campo
Un dĂa divertido y lleno de sorpresas

Era un sábado brillante y soleado. Yo estaba emocionado porque iba a pasar el fin de semana en el campo con mi familia. Mi mamá hizo las maletas y mi papá preparĂł el coche. TenĂamos un picnic, juegos y muchas aventuras por delante. Cuando llegamos, el aire fresco y limpio me llenĂł de energĂa. ¡Era perfecto!
Mi hermano, Luis, y yo corrimos a un pequeño lago. El agua era clara como el cristal. MirĂ© alrededor y vi ranas saltando en las orillas y pájaros cantando en los árboles. ¡QuĂ© hermoso! Decidimos jugar en el agua. Nos mojamos y reĂmos. De repente, Luis dijo, "¡Mira!"
Él señalaba algo. Era una pequeña tortuga en una roca. La tortuga era verde y muy linda. La llamamos "Tortuguita". QuerĂamos jugar con ella, asĂ que nos acercamos lentamente. Pero, para nuestra sorpresa, Tortuguita se moviĂł rápido y se metiĂł al agua. Nos reĂmos mucho. "No te vayas, Tortuguita!" gritĂł Luis.
DespuĂ©s de jugar en el lago, decidimos explorar el bosque cerca del campo. HabĂa árboles altos y flores de muchos colores. Cada flor tenĂa un olor dulce. En el camino, encontramos unas mariposas. Eran amarillas, azules y rojas. Volaban de una flor a otra. Luis dijo que eran mágicas y estuvimos intentando seguirlas. A veces, podĂamos tocarlas.
Mientras explorábamos el bosque, escuchamos un ruido extraño. Sonaba como un crujido. Nos detuvimos y miramos a nuestro alrededor. Luis tenĂa un poco de miedo. "ÂżQuĂ© fue eso?" preguntĂł. Yo estaba curioso. "Vamos a ver!" dije emocionado. Caminamos hacia el ruido, que venĂa de detrás de unos arbustos.
Cuando llegamos, encontramos un pequeño zorro. TenĂa pelaje rojo y ojos brillantes. El zorro nos mirĂł y se quedĂł muy quieto. Luis y yo nos sonreĂmos. No podĂamos creer lo que veĂamos. ÂżUn zorro aquĂ, en el campo? Era increĂble. El zorro parecĂa amistoso. Decidimos llamarlo "Zorrito". Intentamos hacerle un gesto para que se acercara.
Zorrito nos miraba, curioso pero cauteloso. De repente, se moviĂł un poco más cerca. TenĂa hambre, y de repente, se acercĂł a nosotros. TenĂamos un poco de comida de nuestro picnic. Luis rápidamente sacĂł una galleta de su mochila y se la dio. Zorrito tomĂł la galleta con su boca y corriĂł de nuevo a los arbustos. ¡Fue rápido! "QuĂ© adorable", dije. A pesar de que se fue, fue un momento mágico para nosotros.
Luego, volvimos al lago. Decidimos descansar. Nos sentamos en la hierba y comimos nuestro almuerzo. TenĂamos sándwiches, frutas y jugo. Hablamos sobre todo lo que habĂamos visto: la tortuga, las mariposas y Zorrito. Luis dijo que querĂa volver al bosque y ver si Zorrito regresaba. Yo tambiĂ©n querĂa, pero necesitábamos asegurarnos de que se hacĂa tarde.
DespuĂ©s de almorzar, decidimos hacer un juego. Jugamos a esconderse entre los árboles. Luis se escondiĂł primero. Yo contĂ© hasta veinte. Cuando terminĂ© de contar, empecĂ© a buscar. CaminĂ© por el bosque, llamando a Luis. Cada vez que veĂa un movimiento, pensaba que era Ă©l. Pero, no era Luis. Era una ardilla o un pájaro.
Finalmente, encontrĂ© a Luis detrás de un árbol grande. Ambos nos reĂmos y decidimos que era su turno de contar. Mientras Ă©l contaba, yo corrĂa a encontrar un buen lugar para esconderme. EncontrĂ© un arbusto grande. Me metĂ adentro y escuchĂ© las palabras de Luis. ¡Ya estava muy emocionado de ver cuánto durarĂa mi escondite! Mientras estaba escondido, escuchĂ© a Luis buscarme. EscuchĂ© sus pasos y su risa. A veces se acercaba, y otras veces se alejaba. PensĂ© en lo divertido que era jugar asĂ en el campo. Me hacĂa sentir libre y feliz. Mientras estaba en mi arbusto, vi un pájaro. Era un pájaro grande con plumas azules. Miraba alrededor y cantaba. Me quedĂ© muy quieto para no asustarlo. La naturaleza es tan linda y emocionante.
Finalmente, Luis me encontrĂł. «¡Te vi!», gritĂł. SalĂ de mi escondite y ambos comenzamos a reĂr. Decidimos que era hora de ir a buscar a Zorrito nuevamente. Caminamos lento hacia el lugar donde lo habĂamos visto. Hablamos sobre lo que Ăbamos a hacer si encontrábamos al pequeño zorro otra vez.
Cuando llegamos, no vimos a Zorrito. Nos sentamos un poco y empezamos a lanzar piedras al lago. Las piedras saltaban en el agua y hacĂan cĂrculos. Me gustaba el sonido de las piedras cayendo. A veces, hacĂan grandes salpicaduras. Mientras lanzábamos piedras, vi algo moverse en el agua.
“¡Mira, Luis!”, gritĂ©. Era Tortuguita. La tortuga nadaba cerca de la orilla. Luis se emocionĂł y se acercĂł al agua. “¡Hola, Tortuguita!”, dijo. La tortuga no se fue esta vez. Se quedĂł mirando a Luis y a mĂ. Nos sonreĂmos. Era divertido ver a nuestros nuevos amigos, Tortuguita y Zorrito, en el mismo dĂa.
DespuĂ©s de un rato, decidimos volver a la zona del picnic. El sol comenzaba a bajar y el cielo se veĂa hermoso. El sol tenĂa colores anaranjados y rosados. Cuando llegamos, mamá y papá estaban preparando una fogata. “¿Disfrutaron su dĂa?”, preguntĂł mamá. “¡SĂ! Vimos una tortuga y un zorro!”, le contĂ© emocionado.
Después de la cena, nos sentamos alrededor de la fogata. Papá contó historias sobre cuando era niño. Habló de sus aventuras en el campo. Asentà con la cabeza mientras escuchaba. Me gustaba escuchar a papá.
Mientras hablábamos, el cielo se llenĂł de estrellas. Eran brillantes y hermosas. DecidĂ que querĂa contar una historia tambiĂ©n. AsĂ que, mientras miraba las estrellas, empecĂ© a contar a mi familia sobre nuestra aventura con Zorrito y Tortuguita. Todos escucharon con atenciĂłn.
Cuando terminĂ©, mamá nos dijo que era hora de dormir. Nos metimos en nuestra tienda de campaña. Luis y yo hablamos sobre nuestro dĂa. “Fue el mejor dĂa”, dijo Luis. Yo estaba de acuerdo. Estaba tan feliz de estar en el campo con mi familia. Era un lugar mágico.
Al final, cerrĂ© los ojos y escuchĂ© los sonidos de la noche: el canto de los grillos y el murmullo del viento. Me sentĂ tranquilo y agradecido. Este dĂa en el campo fue una linda aventura. AprendĂ que la naturaleza es maravillosa y que cada dĂa puede ser especial si estás con la gente que amas.